La plaga que estropea las hojas de las plantas


Los áfidos son una plaga común que hace que las hojas de las plantas se vuelvan amarillas y se caigan. El centro de la enfermedad es la raíz, que ha sido destruida por la enfermedad. Como resultado, las raíces no pueden absorber los nutrientes y la savia no circula bien en la higuera, lo que a su vez hace que las hojas pierdan su color. Las plantas mueren debido a la pudrición de la raíz a medida que las hojas se vuelven amarillas, se marchitan e incluso se vuelven marrones y caen cuando maduran.

Los áfidos, también conocidos como áfidos, destruyen una variedad de plantas anfitrionas al chupar la savia de las hojas y los tallos, lo que provoca decoloración, magulladuras, coloración amarillenta y retraso en el crecimiento. Una gran infestación produce un residuo pegajoso y azucarado llamado melaza. La melaza puede atraer hormigas y hacer crecer hongos en las superficies de las plantas. Los áfidos pueden transmitir virus de plantas inyectándolos en las plantas mientras se alimentan. Estos virus pueden hacer que una variedad de vegetales y plantas ornamentales se desprendan, se pongan amarillas o reduzcan los rendimientos. El promedio de vida de un pulgón es de un mes y pueden producir de 40 a 85 crías. Algunos pulgones o pulgones tienen alas y otros no.

Algunos de los primeros síntomas de esta plaga son pequeñas manchas y manchas en las hojas, y telarañas blancas debajo de las hojas (que luego pueden extenderse por toda la planta). Si no se tratan, estos ácaros pueden matar las hojas, impedir el crecimiento de las plantas y reducir los rendimientos.

Los pulgones son criaturas pequeñas y de cuerpo blando que se alimentan de la savia de las plantas

Los pulgones son insectos pequeños, de solo unos milímetros de largo, pero fáciles de ver a simple vista. Pertenecen al orden Hemiptera, como las cochinillas y las moscas blancas, con las que quizás estés familiarizado. Como estos, se alimentan de jugos de plantas. Las piezas bucales que muerden y chupan se utilizan para perforar las plantas y chupar su savia.

Son grises y tienen un cuerpo ancho y segmentado. Tienen cuatro tentáculos y una boca para masticar. Básicamente se alimentan de plántulas, tallos tiernos, pequeñas raíces y hojas. Como su nombre indica, viven en lugares húmedos y sombreados. Algunos se enrollan en una bola.

Se trata de pequeños insectos que, a diferencia de los anteriores, no hacen mucho daño. Estos bichos miden solo unos pocos milímetros de largo y muerden las hojas para extraer la savia, lo que le da a la planta un cambio de color. Estos se vuelven plateados, se secan y se caen.

Los áfidos se pueden matar usando un jabón insecticida o usando una ráfaga de frío

Cómo combatirlos: eliminar las áreas más afectadas, cepillar en caso de infestación leve. Use un insecticida sistémico o rocíe con agua jabonosa (una cucharada de jabón líquido por litro de agua) cada 15 días. Las mariquitas son sus enemigos naturales.

Estos gusanos son el resultado de la puesta de huevos de las mariposas en nuestras plantas y son muy dañinos porque atacan directamente las hojas o las raíces. La forma más eficaz de acabar con ellas es atrapar a mano todas las orugas que veas y eliminarlas una a una. También puede usar un pesticida de ingestión contra estos animales, ya que los matará mientras comen. Lo puedes encontrar para sustrato o suelo o follaje para combatir las orugas aéreas.

La desventaja de este producto es que, al ser un insecticida de acción por contacto, solo matarás a los pulgones con los que entre en contacto su pulverización. Así que no olvides que las aplicaciones múltiples son útiles, siempre trata de humedecer bien toda la planta (especialmente la parte inferior de los brotes y las hojas).

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