Cómo cuidar los geranios para que florezcan


Eliminar flores y hojas muertas. Las ramas deben cortarse directamente en el suelo. Utilizaremos tallos más débiles o enfermos, así como tallos laterales para darle a la planta la forma que queramos, y además, fortalecer el tallo central del que saldrán nuevas flores. Esta es una excelente manera de rejuvenecer geranios viejos o tratar de rescatar plantas afectadas por mariposas de geranio.

La poda de geranios es constante. Como ocurre con la mayoría de las plantas, las hojas y flores marchitas impiden que florezcan nuevas flores. Pero como ya hemos dicho, las hojas de geranio son delicadas, por lo que necesitan cuidados constantes. Tan pronto como vea restos amarillos o secos de la tierra para macetas y de los propios tallos, quítelos lo antes posible.

Los esquejes deben tener tallos de unos 10 cm de largo, y puedes quitarlos con cuidado excepto las dos hojas superiores, incluso si son pequeñas. Si está utilizando un buen suelo que no requiere más, inserte el extremo inferior en el sustrato y asegúrese de tener suficiente humedad durante unos días. Después de una semana o dos, notarás que comienzan a brotar nuevas hojas, lo cual es una señal de que tienes una nueva planta de geranio.

Fertilice regularmente

Dado que los geranios son plantas delicadas (especialmente cuando se trata de agua y plagas), es mejor usar fertilizante regularmente. Hay muchos tipos de fertilizantes: prueba uno que los fortalezca y les ayude a resistir las plagas. Consulta con una tienda profesional para abonar geranios cada 15 días. Si te resulta más fácil de recordar, puedes contar el número de riegos cada dos veces.

Para evitar que la tierra se vuelva demasiado pobre para alimentar adecuadamente a nuestras plantas, recomendamos trasplantar cada dos años. No nos referimos sólo a cambios de macetas, sino sobre todo a cambios de sustratos. Este gesto renovará las reservas de nitrógeno del suelo: uno de los elementos imprescindibles para que nuestras plantas tengan sus características hojas verdes y crezcan con normalidad.

Ayuda a tus geranios añadiendo abono líquido al regar para favorecer la floración gracias al potasio y al fósforo. Este fertilizante ayuda a las plantas a absorber los nutrientes de forma inmediata. Durante el invierno, fertiliza las plantas una vez al mes. En cambio, en primavera y otoño, una vez a la semana. También hay que mantener este patrón semanal en verano, excepto en agosto, que basta con hacerlo una vez a lo largo del mes. Recuerda siempre que el riego, aunque traiga este aporte, es mejor hacerlo a primera o última hora del día.

Agua cuando sea necesario

Debemos tener cuidado de no hacer un mal uso del agua. Este es el enemigo absoluto de tu salud ya que las raíces son propensas a pudrirse por el exceso de líquido. Y es un inconveniente hacer que la planta tenga sed, si es así, no tiene la energía para prosperar. El truco para saber la cantidad ideal de agua es sencillo: tenemos que mantener el sustrato ligeramente húmedo en todo momento y usar eso para guiarnos a saber cuándo volver a regar.

El propósito del riego debe ser empapar el suelo. Esto se logra agregando aproximadamente un 10% del volumen de la maceta con cada riego. Si queremos estar seguros, podemos encontrar en Internet calculadoras de volumen para diferentes formas de macetas que nos ayudarán a determinar la capacidad exacta. Si no, simplemente podemos utilizar un vaso grande de agua por planta como norma general. Importante: el exceso de agua debería poder drenarse, pero la tierra seca también tardará en hincharse. No absorbe muy bien el agua, por lo que se recomienda beber agua a sorbos.

Como ocurre con todo tipo de vegetación, el riego es parte fundamental de su cuidado. Sin embargo, con los geranios, la hidratación es muy delicada, ya que el abuso de agua puede hacer que se pudra. En primavera y verano, se debe regar al menos dos veces por semana. En otoño e invierno, el riego se limita a una vez por semana. La clave para saber cuánta agua necesitas es asegurarte de que la tierra esté ligeramente húmeda. No satures el geranio con este líquido, y si se queda en el fondo de la maceta, retíralo para evitar que se pudra la raíz. Asimismo, procure no mojar las hojas y las flores al regar, ya que se descompondrán.

Eliminar daños por insectos

Evitar la presencia de este insecto pasa por el uso preventivo de pesticidas específicos para geranios. Y, si se detectan pequeños agujeros en los tallos, utilice el mismo producto para inhibir el crecimiento de las larvas.

Estamos hablando de gusanos que surgen de los huevos que ponen las mariposas en nuestros geranios. Estos gusanos generalmente excavan en el tallo y entran al interior de la planta, comiéndose el tallo desde adentro. Es una plaga difícil de erradicar. Lo primero que debe hacer es eliminar las partes dañadas e invasivas del geranio y aplicar un insecticida. Hay que utilizar sistémico, que trabaja en el interior de la planta y es transportado por la savia. Esta plaga es muy común, por lo que es importante que utilices un insecticida sistémico en tus plantas como medida preventiva una vez empiece el calor. De esta forma, “vacunarás” a tus plantas y evitarás muchos problemas.

Dependiendo del daño infligido, el ataque de Geranium Butterfly puede ser controlado o descontrolado. Si el tallo central de la planta tiene una madriguera de oruga, tendrás poca solución. En este caso, es recomendable retirar los geranios y comprar otros nuevos, a los que realizamos un tratamiento fitosanitario preventivo desde el momento de la compra.

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